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Revista de Ciencias Médicas La Habana 2016; 23(1)
CARTA AL EDITOR
Raidel González Rodríguez,I Juan Cardentey GarcíaII
IMédico General. Residente de segundo año de Medicina General Integral.. Investigador Agregado. Instructor. Policlínico Universitario “Raúl Sánchez”. Pinar del Río, Cuba. Correo electrónico: rgonzalez@princesa.pri.sld.cu
IIEspecialista de I y II grado en Estomatología General Integral y Prótesis Dental. Máster en Salud Bucal Comunitaria y en Atención de Urgencias Estomatológicas. Investigador Agregado. Profesor Auxiliar. Clínica Estomatológica “Ormani Arenado Llonch”!, Pinar del Río, Cuba. Correo electrónico: cardentey@princesa.pri.sld.cu
Estimado Remigio Rafael Gorrita Pérez
Director de la Revista de Ciencias Médicas de La Habana:
En la actualidad el síndrome metabólico (SM) constituye un problema de salud evidente, no solo por su alta prevalencia sino también por su papel como factor de riesgo para otras enfermedades que implican elevada morbimortalidad. Diversas publicaciones en revistas electrónica informan a la comunidad internacional sobre este padecimiento, formas de prevención y acciones terapéuticas para mitigar complicaciones. Ejemplos de ello lo constituyen artículos como: Asociación entre hipertensión arterial y SM,1 Enfermedad periodontal y SM,2 Epidemiología y prevención del SM,3 y particularmente el trabajo de los artemiseños titulado: Evolución clínica y pronóstico en adolescentes obesos al oeste de La Habana,4quienes definen variables pronósticos asociados a la obesidad en adolescentes pertenecientes a 5 policlínicos aledaños de San Antonio de los Baños, provincia Artemisa.
Se hace importante destacar que el SM comprende un conjunto de factores de riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) y diabetes mellitus (DM), caracterizados por obesidad visceral, altas cifras de presión arterial, intolerancia a la glucosa, dislipidemias, así como un estado protrombótico y proinflamatorio.5
Su rasgo básico lo constituye la resistencia a la insulina (RI), donde la deficiente respuesta tisular a dicha hormona conduce a una hiperinsulinemia compensadora, que a largo plazo provoca disfunción de las células β del páncreas y la aparición de DM, además de otras alteraciones clínico –metabólicas,3 lo cual puede prevenirse a partir de adecuadas acciones de promoción de salud y prevención de riesgos que desde la medicina familiar se realizan en conjunto con estilos de vida saludables.
No cabe duda que la elevada prevalencia del SM, el riesgo de padecer DM y las secuelas que se derivan de la ateromatosis conducen a las autoridades y trabajadores de la salud a tomar medidas para reducir o prevenir en la población estas complicaciones por medio de la intervención sobre sus principales factores de riesgo.6 Aunque los factores genéticos predisponen a estos trastornos, las causas principales del SM se asocian con hábitos no saludables como dietas hipercalóricas con elevado contenido de carbohidratos, grasas y la escasa actividad física, que favorecen el incremento del peso corporal y la obesidad.
El incremento de la actividad y ejercicios físicos mitigan los factores de riesgo cardiovascular al mejorar la sensibilidad a la insulina. Por otra parte, la reducción de peso atenúa los daños que provoca el SM y disminuye el riesgo global del paciente, recomendándose programas mixtos de dietas y ejercicios para tratar estos trastornos. Dichos cambios positivos se demuestran en investigaciones y ensayos clínicos realizados en diferentes países7,8, lo cual demuestra su efectividad y posibilita su aplicación en todos los niveles de atención médica, particularmente en la Atención Primaria de Salud (APS).
Editor, ante los efectos nocivos a la salud que ocasiona el SM y la creciente incidencia de personas con inadecuadas dietas, el incremento del estrés, sedentarismo, hábitos tóxicos e influencias genéticas y socioeconómicas, se hace necesario adoptar hábitos de vida saludables en el SM, pretendiéndose a través de la presente carta en la Revista de Ciencias Médicas de La Habana proponer un plan estratégico que favorezca la disminución del impacto que el SM representa para el presente y futuro de la humanidad. Dicho plan incluye las siguientes acciones:
a) observando el contenido energético de los productos que consumen.
b) disminuyendo el tamaño de las porciones que comen.
c) consumir agua o jugos naturales que bebidas azucaradas.
d) perimetral la cintura con frecuencia como indicador confiable de exceso de peso.
Los sistemas de salud y las revistas científicas incrementan su interés en el tema SM, hasta el punto de reconocerlo como un problema de salud pública. La prevención es la estrategia principal para disminuir sus efectos perjudiciales sobre la salud humana y reducir el costo sanitario. Lograr saludables hábitos de vida es complejo, pero imprescindible y necesario para evitar el SM.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS