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Revista de Ciencias Médicas La Habana 2010; 16 (2)
Los principales postulados acerca del capital humano – término que se escucha con mucha frecuencia en lo últimos tiempos -- provienen de pensadores exponentes de la burguesía empresarial, los que focalizan sus ideas en la importancia que los recursos humanos han venido ganando para la competitividad de los negocios; teniendo en cuenta su aporte únicamente al capital y a las ganancias y soslayan la creación de conciencia y valores que beneficien a la totalidad de la sociedad. Seguidores de la teoría han tratado de universalizarla sin reconocer los factores históricos concretos en los que se reproduce el trabajo y el capital y reducen el concepto a la acumulación de conocimientos y habilidades y obvian su carácter de relación social.
Frente a estas concepciones, nos encontramos con las ideas expresadas por el Comandante en Jefe, Fidel; sin dudas, estas constituyen un aporte enriquecedor a la teoría del capital humano que queda fundamentada como muestra de síntesis conceptual y práctica al decir que: “Capital humano es […] no solo conocimientos, sino también – y muy esencialmente – conciencia, ética, solidaridad, sentimientos verdaderamente humanos, espíritu de sacrificio, heroísmo, y la capacidad de hacer mucho con muy poco”; ideas dadas a conocer justamente en el discurso pronunciado en la Primera Graduación de la Escuela Latinoamericana de Medicina, el 20 de agosto de 2005.
Nótese como este pensamiento revoluciona y amplía el estrecho concepto burgués de capital humano, en la medida en que integra tres componentes esenciales: “la economía, la ciencia y la conciencia”; los cuales establecen una relación social de nuevo tipo y sintetizan los más altos valores éticos, humanistas en los que se han sustentados los procesos históricos revolucionarios cubanos, enfilados a la formación de un hombre que aporte a la sociedad sus conocimientos, en interrelación con los demás procesos sociales y con una marcada proyección internacionalista en bien de toda la humanidad.
Muestra elocuente de esta concepción la constituyen los miles y miles de trabajadores de la salud que han escrito páginas gloriosas de sacrificio, altruismo, patriotismo e internacionalismo, en múltiples rincones del mundo.
Con igual disposición, nos corresponde en la actualidad llevar adelante las transformaciones necesarias en el sector, como la única garantía para la perdurabilidad de nuestra medicina, orgullo de todos los cubanos y como potencia mundial, la más humana y solidaria que ha existido.
En manos del capital humano que integra el ejército de batas blancas está dar continuidad, en esta etapa histórica, al sistema de salud nacional, garantizar su proyección internacionalista y consolidar las bases de un futuro mejor.
El partido, el gobierno y el pueblo cuentan con nosotros.
Lic. Julio A. Cabrera Rodríguez
Licenciado en Filología. Master en Dirección. Profesor Auxiliar
Facultad de Ciencias Médicas del este de La Habana.
E-mail: jacr@infomed.sld.cu