PERSONALIDADES DE LA MEDICINA

 

Dr. Enrique Núñez de Villavicencio y Palomino orgullo de la nación cubana

 

Dr. Enrique Núñez de Villavicencio y Palomino pride of the Cuban nation

Amelia Lorena García Montes de Oca.I

IEspecialista de I Grado en Periodoncia. Instructora. Clínica Estomatológica ¨Enrique Núñez de Villavicencio y Palomino¨. Madruga, Cuba. Correo electrónico: igmdeoca@infomed.sld.cu

 

 


RESUMEN

Se presenta la vida y obra del Dr. Enrique Núñez de Villavicencio y Palomino, una figura del siglo XIX que, por su total dedicación al estudio de las ciencias médicas y genuino pensamiento independentista, deja en nuestra historia, el más alto ejemplo de un cubano incansable, prolífico, comprometido con su época y con el futuro, por las múltiples obras que nos legó.

Palabras clave: historia, Villavicencio, medicina, Ejército Libertador, sanidad, campaña

Descriptores: historia, medicina, higiene 

 


ABSTRACT

We present the life and work of Dr. Enrique Núñez de Villavicencio y Palomino, a figure of the 19th century who, due to his total dedication to the study of medical sciences and genuine pro-independence thinking, leaves us in our history, the highest example of a Cuban tireless, prolific, committed to his time and to the future, for the multiple works he left us.

Key words: history, Villavicencio, medicine, Liberation Army, health, campaign

Descriptor: history, medicine,hygiene 


 

 

INTRODUCCIÓN

La memoria histórica de los pueblos forma parte indisoluble de su cultura, de su cotidianidad, de su quehacer. El conocimiento del pasado es imprescindible para entender cabalmente el presente y transformarlo. La historia local forma parte importante de la investigación histórica por lo que se decide recopilar hechos significativos de la vida del coronel del Ejército Libertador Enrique Núñez de Villavicencio y Palomino, nacido en el municipio Madruga; cuyo nombre ostenta la clínica estomatológica de la localidad, una personalidad que, a 147 años de su nacimiento, mantiene su vigencia, por sus cualidades como médico eminente, ser humano intachable y honorable cubano. Honrar a hombres de su talla, es sin duda una forma más de fomentar valores en las nuevas generaciones.

 

DESARROLLO

Enrique Bernardo Núñez de Villavicencio y Palomino nace en Madruga el 16 de enero de 1872, hijo de Don Emiliano Núñez de Villavicencio y Álvarez, uno de los médicos más queridos y respetados en Cuba en su época, quien contrae nupcias con Adolfina Palomino, de cuya unión nacen dos hijos Enrique y Federico.

Desde muy temprano en su vida, el pequeño Enrique da muestras de poseer grandes dotes de inteligencia. A la corta edad de cinco años ya leía perfectamente y a los catorce años, el 27 de septiembre de1886 se gradúa de bachiller en artes con uno de los mejores expedientes de su promoción. En ese mismo curso 1886-1887, matrícula la carrera de medicina en la Universidad de la Habana siguiendo el ejemplo de su padre, a quien se menciona en varias ocasiones en este artículo por la importancia de la familia en la formación de los valores que mostraría más tarde Enrique: estudiante excepcional.

En ese entonces, Don Emiliano trabajaba intensamente por mejorar las condiciones del hospital de San Felipe y Santiago, del cual era director, constituyendo referente ideal para su hijo. En la biblioteca paterna era donde el joven saciaba sus grandes ansias de saber. Enrique le imprimió a su vida de estudiante una brillantez muy pocas veces lograda. De 30 asignaturas, 29 son calificadas de sobresalientes y una, de notable. Obtuvo 19 premios ordinarios y tres menciones honorificas. Sobresaliente y premio extraordinario en el grado de licenciado y en el grado de doctor.

Estos resultados iban acompañados de una agotadora labor en las salas y salones de cirugía del Hospital Nuestra Señora de las Mercedes, también conocido como Hospital Reina Mercedes (ubicado en L y 23, donde hoy se encuentra la heladería Coppelia en La Habana) donde ingresó como alumno externo desde segundo año de la carrera. Más tarde, sería alumno interno y médico honorario adscrito al servicio de cirugía, dirigido por dos grandes doctores: Gabriel Casuso Roque y Francisco Domínguez Roldan; allí desarrolla su aprendizaje de cirugía general y ginecológica. Al término de su carrera, el examen práctico lo realiza en esa institución, el tribunal le otorga calificaciones de excelente por su destreza al realizar técnicas novedosas de ligaduras, amputaciones y desarticulaciones.

Mientras cursa el tercer año, en 1889 publica su primer artículo ¨Apuntes de técnica anatómica¨ en la revista de estudiantes La Escuela de Medicina. En cuarto y quinto años aparecen los artículos ¨Decolación del húmero por lesión traumática¨ y ¨Pénfigo agudo¨ en la revista El Progreso Médico.

El título de licenciado se le expidió el 27 de junio de 1893 y el de doctor el 7 de septiembre de 1894. En el Aula Magna de la Universidad de La Habana se llevó a cabo la solemne investidura el 24 de octubre de 1894, apadrinado por su maestro, el profesor Gabriel Casuso Roque. Su tesis doctoral publicada posteriormente, en La Habana, en1894, constituyó la primera de sus notables monografías ¨Contribución al estudio del paludismo en el puerperio¨.

Por la excelencia mostrada desde sus comienzos, no tuvo nunca que pagar matrícula ni derechos de sus títulos. El Dr. Emiliano, hombre práctico, entregó a su hijo el dinero ahorrado y el joven Enrique lo invirtió en un provechoso viaje de estudios a New York. Desde allí, envía una serie de artículos bajo el nombre genérico de ¨Correspondencia desde New York¨ que aparecen, a partir del número de noviembre de 1893, en El Progreso Médico. Con estos artículos, que contienen datos de interés quirúrgico, contribuyó a la actualización de los médicos de la isla. Su recorrido abarcó cinco hospitales; el primero de sus artículos, de forma general, se refería a la cirugía en los hospitales de New York, aparecen posteriormente otros, sobre operaciones de hernia, de apendicitis, de la operación de Alexander y la histeropexia.

También envía su importante estudio ¨La electricidad en el tratamiento de algunos desórdenes menstruales¨ que recoge su experiencia junto al doctor Goelet en New York el cual le permite ser miembro correspondiente de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana que lo publica en sus Anales y también en la revista El Progreso Médico donde posteriormente aparecen dos artículos más de su autoría: ¨¿Septicemia o Paludismo?¨ y ¨Paludismo y no septicemia¨, dando soluciones a los retos de su época.

- Docente incansable.

Su carrera docente la desarrolla desde sus inicios como médico. A su regreso a Cuba es nombrado en 1894 ayudante facultativo de la cátedra de Clínica de Obstetricia y Ginecología en la Facultad de Medicina y profesor auxiliar de Obstetricia y Ginecología de la Escuela Práctica de Medicina institución no estatal fundada por el Dr. José Pereda Gálvez en La Habana en 1893, donde era profesor titular el Dr. Eusebio Hernández Pérez, la más alta figura de la obstetricia cubana de todos los tiempos que llegaría a alcanzar el grado de general de brigada en la última guerra independentista junto al Generalísimo Máximo Gómez Báez y tuvo el honor de ser el médico del General Antonio Maceo.

Sus primeros años de ejercicio profesional están marcados por una labor intensa en el Hospital Nuestra Señora de las Mercedes, el Hospital de Mujeres de San Francisco de Paula y la clínica privada del Dr. Casuso en la calle Jesús del Monte.

Su prestigio científico se consolida aún más el 4 de abril de 1895 al ingresar como miembro titular de la sociedad de Estudios Clínicos de La Habana, la más antigua de las sociedades médicas cubanas con su monografía «Consideraciones clínicas sobre la seroterapia en la difteria «que da por primera vez en Cuba las reglas precisas para la aplicación del suero antidiftérico.

- Patriota consagrado.

El hogar de los Núñez de Villavicencio y Palomino era un verdadero centro de patriotismo donde se conspiraba activamente por la independencia de Cuba. También lo era el Hospital Nuestra Señora de las Mercedes bajo la dirección de Don Emiliano, la clínica privada del Dr. Casuso y la Escuela Práctica de Medicina de La Habana, de la que salieron casi la totalidad de sus profesores para la guerra y para el exilio revolucionario.

El 11 de febrero de 1897, en su cargo de jefe de la Delegación del Partido Revolucionario Cubano de La Habana, el Dr. Emiliano es detenido por militares españoles en su despacho del hospital. Rápidamente, el Capitán General dispuso su deportación a las cárceles de la isla Fernando Poo en África Ecuatorial y ese mismo mes zarpó en el vapor Buenos Aires. Su otro hijo, Federico, se había marchado ya para la guerra donde alcanzó el grado de comandante y Enrique viajo en 1895 a los Estados Unidos con fines revolucionarios.

Regresa en la expedición del vapor Laurada, comandada por el mayor general Carlos Roloff Mialofsky y el general de brigada Joaquín Castillo Duany, la cual es conocida en la historia como «La expedición grande de Roloff «que llego a las costas de Cuba por Mano Pilón, Banes, norte de Oriente, el 14 de marzo de 1897. Ya en los campos insurrectos y con el grado de comandante se incorpora al Estado Mayor del Lugarteniente General Calixto García Íñiguez quien lo nombró Jefe de Sanidad Militar del segundo Cuerpo de Ejército y participa en todas las acciones de guerra importantes que se realizan después de su llegada, en las provincias de Oriente y Camagüey.

Participa en la batalla de Las Tunas, una de las más sangrientas de la guerra donde fue gravemente herido su jefe inmediato, el entonces general de brigada Mario García Menocal Deop (que llegaría a ser presidente de la república). Le realiza una intervención quirúrgica que le salva la vida, y sus efectivos cuidados durante la convalecencia lo devuelven muy pronto a las filas insurrectas. Por su actuación destacada, Calixto García lo propone para el grado de teniente coronel con fecha primero de diciembre de 1897. Pasa la Trocha de Júcaro a Morón y hace toda la última campaña de occidente, para terminar la guerra con el grado de coronel de sanidad.

El mayor logro de la actuación en campaña del Dr. Núñez fue obtener junto con su maestro el profesor Francisco Domínguez Roldan, también coronel de sanidad del Ejército Libertador de Cuba, una calidad hasta entonces no soñada en la cirugía de campaña en las guerras independentistas.

El Ejército Libertador de Cuba, en la última de sus guerras contra España pudo contar con tres de las figuras más grandes de la cirugía cubana de todos los tiempos, justo cuando ellos se encontraban en el pináculo de sus facultades quirúrgicas y también en las primeras filas de combate, en los hospitales de campaña y en los de la retaguardia para intervenir o reintervenir a los heridos que les hacían llegar. Ellos fueron los doctores Enrique Núñez de Villavicencio, Francisco Domínguez Roldan y Raimundo García Menocal figura mayor de la cirugía cubana. Indudablemente fueron muchos más, la historia recoge que la participación de los médicos fue más notable en la guerra del 95 por lo que Martí la llamó «La Guerra de los Médicos.«

Después de la guerra es elegido para formar parte de la Asamblea de Representantes del Ejército Libertador con una viril actuación a favor de los intereses nacionales frente a los enemigos de su patria que no reconocieron al gobierno de la República en Armas, en desacuerdo con el rumbo anexionista renuncia a su cargo.

- Continuidad de su labor científica después de la guerra.

La disciplina y rigor científico del Dr. Núñez de Villavicencio le permitió legar valiosos testimonios basados en las anotaciones de las hojas clínicas de los 334 casos operados por él en la guerra, que recogían evolución y recuperación de los pacientes durante su vida en la manigua, tarea difícil bajo las dificultades de este tipo de ejército.

Un artículo de un valor histórico-médico incalculable fue, ¨Consideraciones sobre la intervención quirúrgica en las heridas producidas por armas de fuego¨ estudio comparativo entre las heridas civiles y las del medio hostil de la guerra publicado en los Archivos de la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana en 1899 y muchos años después en 1968 en Cuadernos de Historia de la Salud Pública No.38, artículo que dedicó a la memoria de los médicos muertos en campaña.

En el III Congreso Médico Panamericano, La Habana, 1901 presentó ¨Notas sobre los traumatismos óseos observados en la campaña de Cuba¨ publicado en la Revista Médico Farmacéutica, y ¨Manera de aplicar la compresión elástica para obtener la hemostasis provisional en las intervenciones sobre el hombro¨ publicado en el Progreso Médico donde mostraba un procedimiento suyo usado en campaña.

Estos artículos muestran respeto a su profesión, amor a sus pacientes, organización, amplia capacidad para recoger y trasmitir conocimientos; lo que lo hace ser considerado el primer docente de la Medicina Militar en nuestro país.

Es nombrado catedrático titular de Patología Quirúrgica el primero de enero de 1900. Después del cese de la dominación española ocurre una verdadera reforma integral de la enseñanza superior y media orientada y estructurada por el insigne filósofo Enrique José Varona y Pera. La asignatura de Patología Quirúrgica que impartía el Dr. Enrique Núñez pasa a una sola cátedra con Ginecología; en un examen de oposición opta por la plaza de profesor auxiliar, en los ejercicios realizados dio muestras de sus profundos conocimientos con una encomiable exposición oral sobre procederes de histeropexia.

Trabajó intensamente en su cátedra de la Facultad de Medicina y en la Escuela de Enfermeras del Hospital Nuestra Señora de las Mercedes desde su fundación en agosto de 1899 para la que publicó un libro de texto ¨Nociones de Ginecología¨ Imprenta Rambla y Bouza, La Habana, 1901 que recogía las conferencias en esa escuela. Fue el profesor escogido para pronunciar el discurso central en la graduación de las siete primeras enfermeras cubanas en 1902.

En el 1900 realizó 254 intervenciones quirúrgicas, en 1901 fueron 425, en 1902 realizó 97 y 218 en el 1903, como otra muestra del intenso trabajo y de sus dotes de estadístico.

En 1904 en la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana expone su trabajo «Un caso de extirpación total de la vejiga «con técnicas depuradas y novedosas como de costumbre para sus colegas.

Su obra científica llegó a más de medio centenar de publicaciones, muchas de ellas con técnicas y tratamientos por primera vez realizadas en Cuba por él, en campos diversos de la ortopedia, ginecología, urología, medicina de campaña, estadística, epidemiologia y otros, tienen un valor científico reconocido aún hoy y otros sentaron las bases de procedimientos modernos. Citaremos solo algunos de sus artículos posteriores los más destacados por su originalidad:

- ¨El ictiol en el tratamiento de la psoriasis¨ en el año1894

- ¨Primera sinfisiotomía practicada en Cuba¨ en el año 1896

- ¨Valor de la colpotomía posterior y el drenaje en las inflamaciones pelvianas¨ en el año 1900

- ¨Tratamiento operatorio de las infecciones periuterinas¨ en el año 1900

- ¨Un proceder de acortamiento intraabdominal de los ligamentos redondos con suspensión del útero¨ en el año 1900

- ¨Tres esplenectomías por hipertrofia y ectopia del bazo¨ en el año 1900

- ¨Cáncer de la matriz extendido a la vagina. Laparo-histerectomía con resección de paredes vaginales. Curación¨ en el año 1901

- ¨Resultados analgésicos de las inyecciones intrarraquídeas de cocaína¨ en el año 1901

- ¨Un caso de ligadura del tronco braquiocefálico por aneurisma de carótida primitiva¨ en el año 1901

- ¨Un proceder de sutura para la laparotomía mediana¨ en el año 1901

- ¨Observaciones personales sobre el tratamiento de las supuraciones para y periuterinas¨ en el año 1902

- ¨Contribución al tratamiento de la peritonitis supurada difusa¨ en el año 1902

- ¨Un caso de bocio exoftálmico tratado por la resección bilateral del ganglio superior del simpático cervical¨ en el año 1902

- ¨Un caso de tumor fibroso intersticial del útero¨ en el año 1902

- ¨Un caso de inversión uterina. Reducción por laparotomía y sección posterior del anillo de inversión¨ en el año 1903.

- ¨Tratamiento quirúrgico del cáncer uterino¨ en el año 1903

- ¨La periuretritis blenorrágica en la mujer. Su tratamiento quirúrgico¨ en el año 1905

- ¨La curabilidad del cáncer¨ en el año 1908

- ¨Empleo del suero antiestreptocóccico en las metrorragias¨ en el año 1910

- ¨Abocamiento de los uréteres en el recto por destrucción obstétrica de la vejiga y la uretra¨ en el año 1910

- ¨La evolución de la cirugía en Cuba¨ en el año 1905

- ¨Prostatectomía transvesical. Curación¨. (Primera vez realizada en Cuba por él)

- ¨La cirugía abdominal en 1889¨ en el año 1916 (último artículo de su autoría)

Tradujo del francés el ¨Manual de Ginecología¨ libro de texto de la carrera de Medicina en Cuba y otros países de habla hispana por muchos años, le agregó un esclarecedor prólogo, notas a pie de página y un capítulo original ¨Técnica ginecológica¨. Fue publicada por la editorial Espasa de Barcelona en 1904.

En 1905 publica la monografía ¨La cirugía de las manifestaciones filariásicas¨ un folleto de 97 páginas ilustrado con 50 figuras originales, en este tema era considerado un verdadero maestro, este trabajo le valió para obtener el premio más importante de las ciencias en Cuba de ese momento, premio Presidente Gutiérrez de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, en ese mismo año. Este lauro lo lleva a ser electo académico de número de esa institución en 1906, su trabajo de ingreso fue ¨Contribución personal a la cirugía conservadora de los ovarios¨, monografía que recoge la historia de la cirugía ginecológica desde 1790, y analiza 120 pacientes intervenidas quirúrgicamente por él, trabajo sumamente elogiado por el avance que representaba.

Viaja a París en el año 1906 para actualizarse en técnicas de cirugía urológica con el Dr. Joaquín Albarrán Domínguez, y desarrolla grandemente la especialidad en nuestro país.

En 1910 fundó y dirigió hasta su muerte la revista La Prensa Médica donde defendió los intereses del gremio médico y abogó por la creación de un colegio médico nacional.

- Trabajo como Secretario de Sanidad y Beneficencia.

El presidente de la república, mayor general Mario García Menocal (su jefe inmediato en la guerra) lo nombra Secretario de Sanidad y Beneficencia por su sólido conocimiento médico, su honradez y compromiso con el pueblo. Realizó un meritorio esfuerzo por desarrollar la salud pública en Cuba. Cabe señalar que nuestro país fue el primero en Latinoamérica donde la Secretaria de Sanidad y Beneficencia tuvo carácter ministerial. Un periodista refiriéndose a su período en ese cargo (1913-1916) dijo: ¨la época de esplendor de la Sanidad fue la del Dr. Enrique Núñez¨.

Estudió y emitió criterios de cómo se podían resolver los problemas sanitarios del país, logró presupuesto y emprendió proyectos sociales y de higienización, protección de la niñez, fue enérgico con la adulteración de alimentos para los niños.

Llevó a cabo mejoras en hospitales y asilos de ancianos, vigilancia sanitaria, abasto de leche, acometió proyectos para la construcción en cada capital de provincia de un hospital para niños, uno antituberculoso y uno psiquiátrico.

De esta esfera de su quehacer surgieron artículos como ¨La mortalidad producida por tétanos infantil en La Habana¨, en 1894, y un estudio sobre la prostitución y los peligros para la sociedad. Con su acertada opinión enfrentó críticas y logró la derogación de leyes que la legalizaban.

No tuvo vacilación en adoptar medidas drásticas para controlar la peste bubónica pese a la protesta de comerciantes y dueños de almacenes, su éxito fue rotundo y adoptó medidas en los comercios para prevenirla, este fue el problema sanitario más importante que confrontó y puso de manifiesto su compromiso social.

Otro reto fue la regulación de las recetas médicas para los fármacos narcóticos, evitar la explotación de este negocio y cortar el aumento de la narcomanía. No faltaron conflictos con poderosos, como la empresa norteamericana de la Coca Cola por las grandes concentraciones de cafeína y ácido fosfórico industrial que poseía y logró que se reflejara en su etiqueta.

Ideó la transformación y modernización del Hospital Número Uno, con pabellones y pasillos de madera con aspecto desolador en el majestuoso Hospital Calixto García que conocemos hoy. Planificó y discutió con los arquitectos la planificación y creación de 18 sólidas edificaciones de mampostería, pabellones que distribuyó por especialidades. Formuló la propuesta a la Junta Nacional de Sanidad de los nombres que debía llevar el hospital, cada pabellón, las salas y los servicios. Con esto les dio a muchos de sus contemporáneos valiosos un lugar en la historia. Ofreció toda su experiencia para que fuera un buen hospital por el que siempre le estaremos agradecidos muchas generaciones de cubanos.

Trabajó estrechamente con el Dr. Carlos Juan Finlay Barrés, la más alta personalidad de la medicina cubana y fundador de la salud pública. Tuvo el mérito de despedir su duelo y ofreció las palabras de presentación del monumento, iniciativa suya al benefactor de la humanidad, en la secretaria de Sanidad y Beneficencia, el 21 de marzo de 1916. Este fue su último discurso en público.

Ha sido considerado el más honesto y creador de los Secretarios de Sanidad y Beneficencia en el período histórico republicano. Su mandato duró, lamentablemente tres años y cuatro meses. La muerte dejó trunco un proyecto sobre protección de la mujer embarazada y del niño recién nacido. También la ampliación del hospital Reina Mercedes y otros más, como parte del proyecto de desarrollo de la atención hospitalaria en Cuba.

No pudo su desaparición física detener la construcción del Hospital Nacional General Calixto García: «su gran obra en piedra, «como dijo su amigo el Dr. José A. López del Valle. Obra que, desdichadamente, no pudo ver en vida, pues con gran tristeza y consternación se recibió en Cuba la noticia de su muerte el 15 de septiembre de 1916.

Se encontraba de visita en la ciudad de New York, en un accidente automovilístico se lesionó una pierna. La diabetes que padecía lo predispone a complicaciones sépticas postoperatorias y le provocan la anticipada e inesperada muerte con solo 44 años. Es trasladado a La Habana en el crucero Patria de la Marina de Guerra Nacional, enterrado con los honores de coronel del Ejército Libertador muerto en campaña, en el cementerio de Colón (figuras 1 y 2), el 21 de septiembre de 1916 en una de las más sentidas manifestaciones de dolor popular que se recuerda en la capital.

Fig.1 Panteón familiar en el Cementerio de Colón.

Fig.2 Bóveda del Dr. Enrique Núñez.

- Testimonio de los amigos

El Dr. Enrique era un hombre presto para honrar a otros, lo que habla de su propia y gigantesca honra, por eso recogemos lo que de él dijeron importantes personalidades de la época.

El Dr. Joaquín Albarrán Domínguez, Maestro de la Urología francesa, nacido en Cuba y de profundos sentimientos patrióticos, profesor con quien el Dr. Núñez se entrena en Paris en cirugía urológica, en una misiva a su hermano Pedro, urólogo notable, fundador del Servicio de Vías Urinarias del Hospital Nacional Número Uno, actual Hospital Universitario ¨General Calixto García¨, con gran entusiasmo, al verlo operar describe su genialidad y lo califica de ¨cirujano de gran valor¨.

El erudito Dr. Jorge Le Roy y Cassá, en una sesión de la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana comenta: «No es la primera vez que el Dr. Núñez nos ofrece la oportunidad de aplaudir las primicias de grandes operaciones por él realizadas en Cuba''.

Su discípulo y amigo Dr. Luis F. Rodríguez Molina, de su época de profesor dijo: «Conocimos a Núñez cuando llegaba de la revolución con su grado de coronel y no lo oímos hablar más de la guerra, sino cuando en sus clases de Patología Quirúrgica nos hablaba de los aparatos de fractura que improvisaba con lomos de yaguas, y de sus métodos de tratamiento en campaña […] De andar pausado, contrastaba con la actividad que imprimía en todo lo que ponía su mano […] Al explicar en clase, hablaba rápidamente, como si su palabra se empeñase inútilmente en seguir el curso vertiginoso de su imaginación […] Dotado de una gran memoria, se le veía con asombro hacer citas extensas de fechas y de autores con gran facilidad.''

El presidente de la república de aquel entonces, general Mario García Menocal en carta pública, dada a conocer en la prensa con motivo de su muerte escribió: Conocía íntimamente a Enrique. En la guerra y en la paz, nos unieron vínculos de acendrado afecto. Fuimos, además, colaboradores en difíciles empeños. Su muerte me tiene profundamente impresionado. En mi concepto, Cuba ha perdido uno de sus grandes hijos. El pueblo entero está evidenciando su dolor. Y en medio de la desgracia, me alienta un tanto, la máxima manifestación de tristeza de todos los cubanos, conscientes de lo que pierde la patria. Aunque hizo mucho, Enrique prometía más. Profesionalmente era una reputación y como ciudadano, una fundada esperanza para la patria¨.

El Dr. José A. López del Valle, gran sanitarista y profesor titular de Higiene y Legislación Sanitaria de su faceta de pedagogo expresó: ¨Era todo un profesor¨. Tenía vocación decidida por la enseñanza, facilidad de palabras, belleza en la exposición de las ideas y una gran cultura médica. Médico y pedagogo valioso, analizaba el valor intelectual de sus alumnos y aquilataba, con espíritu justo, los méritos de cada uno de ellos. Llegó a formar escuela y sus antiguos discípulos recuerdan con amor al maestro afable y cariñoso, que se esforzaba por inculcarles sus conocimientos y que, si en las horas de exámenes era inflexible, procedía con la mayor justicia¨.

Este ilustre sanitarista y amigo, cerraba su artículo necrológico en la revista Asclepios diciendo: ¨Sequemos nuestras lágrimas. Levantemos el corazón y tratemos de seguir, para bien de la patria y de la ciencia, el alto ejemplo que nos legara ese compatriota de sus nobles acciones, de sus desvelos y trabajos y de su devoción en el cumplimiento del deber¨.

Un monumento a su figura se encuentra ubicado en el Hospital Universitario ¨General Calixto García¨ cercano a la entrada de la calle G, idea del Dr. Gabriel Casuso, su maestro de siempre, que en ese entonces era Rector de la Universidad de La Habana. El monumento fue obra del escultor italiano Luisi, fue develado el 17 de mayo de 1920. (Fig. 3)

Fig.3 Monumento en recordación al Dr. Enrique Núñez de Villavicencio y Palomino ubicado en el Hospital Universitario ¨General Calixto García¨.

 

CONCLUSIONES

Al profundizar y divulgar la vida y obra del Dr. Enrique Núñez de Villavicencio y Palomino se hace honor a una vida entregada por completo al estudio de las ciencias médicas, a su constante superación como eminente cirujano, al deseo de entregar a los demás conocimientos, a su rigor científico; que nos ha permitido conocer una parte importante de la historia de la medicina civil y militar de nuestro país. Sirva de ejemplo para alumnos, profesores y cubanos en general, este madruguero devenido en un cubano orgullo de la nación.

 

Conflictos de intereses

La autora declara que no presenta conflicto de intereses para este texto.

 

FUENTES CONSULTADAS

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2. Aguiar González de la Peña N, BenítezPiñón L. Aproximación a la historia de la medicina en Cuba:lacolonia.RevHabanCiencMed[Internet] 2010[citado 12 Feb 2019]; (9)2: 143-49. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1729-519X2010000200002

3. Delgado García G. Consideraciones sobre la intervenciónquirúrgica en las heridas producidas por armas de fuego, por elDr.Enrique Núñez de Villavicencio y Palomino. CuadHist Sal Pub. 1999; 85(1): 128-45.

4. Delgado García G. Notas sobre los traumatismos óseos observados en la campaña de Cuba, por el Dr. Enrique Núñez de Villavicencio y Palomino. CuadHist Sal Pub. 1999; 85(1): 148-56

5. Linares Cánovas LP, Linares Cánovas LB, Lazo Herrera LA. Enrique Núñez de Villavicencio y Palomino, figura ejemplar de la cirugía cubana en tiempos de guerra. RevMed Electrón [Internet] 2018 May-Jun [citado 12 Feb 2019];40(3). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1684-18242018000300035

6. Rivero Suárez A, Díaz Vázquez EC. Honor a quien honor merece: Dr. Enrique Núñez de Villavicencio y Palomino. RevHabanCiencMed [Internet] 2007 [citado19 Feb 2019];6(4). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1729-519X2007000400003

7. Abreu Ugarte JE, Cruz García M. Enrique Núñez de Villavicencio y Palomino, profesor y coronel iniciador de la docencia médico militar cubana. RevCubMedMil [Internet]. 2014 [citado 19 Feb 2019];43(3):410-18. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0138-65572014000300016

8. Rodríguez Molina L. F. Elogio póstumo al Dr. Enrique Núñez y Palomino. Discurso de recepción como académico de número. Anal Academia Ciencias Médicas Física Naturales.1918;(55): 292-321.

9. Conversación personal con Zeny Pereira Hernández, historiadora del cementerio de Colón. La Habana, Cuba.

 

 

Recibido:1/3/19
Aprobado: 27/5/19

 

 

Dra. Amelia Lorena García Montes de Oca. Clínica Estomatológica ¨Enrique Núñez de Villavicencio y Palomino¨. Madruga, Cuba. Correo electrónico: igmdeoca@infomed.sld.cu

 

Declaración de autoría

El autor se responsabiliza con el texto que se publica.